viernes, 20 de diciembre de 2013

Manifiesto: ¡Vamos ahora hacia las aulas digitales motivadoras!

Ha llegado la hora de abandonar de una vez y para siempre el aula frontal convencional, tipo auditorio con los estudiantes dándose mutuamente la espalda, mirando al docente. Esa aula, inventada por los monjes en el siglo XIII ya no es funcional a las necesidades y la posibilidades de los/las estudiantes y docentes del siglo XXI.
El aula frontal asumía que el docente era la única fuente del saber: "magister dixit", el maestro lo dijo era la consigna. Se asumía que solamente él estaba en condiciones de leer e ir entregando los conocimientos. Han pasado más de siete siglos desde entonces y hoy podemos tener todos los registros escritos, (libros, documentos, presentaciones) y los audiovisuales (videos, conferencias, fotografías, infografías, etc.) al alcance de la mano, a uno o dos clic de nuestro dedo índice.
Los/las estudiantes ya no necesitan estar mirando hacia el frente, hacia el maestro. Ahora, con pupitres digitales que incluyen una tablet o una notebook, pueden mirarse los unos a otros y pueden interactuar entre sí, con el docente y con la clase que éste preparó y que está presentando de forma estructurada con textos e imágenes en un programa de gestión de los aprendizajes. Y no solamente eso, también pueden ir a cualquier otra información en la Word Wide Web.
Desaparece el aula- auditorio y emerge el aula circular o semicircular, el aula-conversatorio. Ya no se requiere mirar a ningún tipo de pizarrón e incluso Mr. o Ms. Power Point son obsoletos.
Cambia el rol del maestro o la maestra. Ahora, su rol es liderar un proceso de aprendizaje proponiendo a los estudiantes que jueguen de forma individual o grupal con textos, imágenes, videos, canciones, etc. En la tablet están las ejercitaciones y las respuestas a las ejercitaciones. El rol del maestro es ordenar y presentar los temas, los contenidos y hacer que éstos hagan sentido a sus alumnos. Conectarlos con su vida cotidiana, con sus emociones, darles contexto. Dirigir las discusiones y los foros orales que los estudiantes pueden entablar allí mismo, en el aula-conversatorio y que pueden prolongarse en línea si es necesario. Verificar que estén presentes en la clase y no visitando a sus amigosen FB o en el chat. Pedir que cierren las pantallas cuando deben prestar atención a lo que dicen sus compañeras o compañeros, practicando la cortesía básica de la era digital: "te escucho, me escuchas, mirándonos a los ojos"
Para generar sentidos, rol del docente, más que nunca, es adaptar los temas a la cultura de los grupos de estudiantes con los que trabaja: por ende, debe ser altamente competente en el dominio de las metodologías y las didácticas que mejor funcionan con esos estudiantes, dentro y fuera de las pantallas.
Y así como el aula auditorio tiene que irse, también tienen que irse los mitos que giran alrededor de ella: por ejemplo, el mito de que el docente "trasmite" algo, pues no trasmite nada; entabla conversaciones (flujos de lenguaje y emoción) a través de los cuales emergen sentidos. Por eso nuestra profesión y nuestra pasión -la de los docentes- no están debilitadas, sino potenciadas por las tecnologías digitales y avanzaremos hacia ellas ahora. ¡Ahora y no mañana!

Fuente: http://www.liderazgoeneducacion.org/

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