lunes, 20 de mayo de 2013

El "Homo floresiensis" es posible que fuera un "Homo erectus" afectado por el "enanismo insular"

Un 'Hobbit' que vivía en una remota isla de Indonesia, hace miles de años, pudo haber evolucionado a partir de la primera especie humana que caminaba completamente en posición vertical, de acuerdo con una nueva investigación.
Dicho individuo tenía un cerebro más pequeño que una naranja, con una capacidad de 426 centímetros cúbicos -alrededor de un tercio del de un humano moderno- y dentro de un cráneo del tamaño de un pomelo.
Apodado el 'Hobbit', basándose en las pequeñas criaturas del libro "El señor de los anillos", no creció más grande que un niño de tres años de edad de hoy en día, y habría pesado cerca de 25 kilos.
Vivieron con elefantes enanos y dragones de Komodo en la isla de Flores, al este de Bali, a medio camino entre Asia y Australia.
Esta especie humana diminuta, ahora conocida científicamente como Homo floresiensis, alcanzó los titulares periodísticos hace casi una década, cuando sus huesos fueron desenterrados en una cueva de la isla mencionada.
El estudio, publicado en Proceedings of the Royal Society B, también señala un nuevo modelo evolutivo, en el que se sugiere que el Homo floresiensis fue una versión enana del Homo erectus. Esta especie fue la primera del género Homo en caminar sobre dos piernas y evolucionó hace casi dos millones de años en África. Los investigadores creen que llegó a la isla de Flores desde la cercana isla de Java.
Los registros arqueológicos muestran que se propagaron a través de Asia, sobre un área que va desde Turquía hasta China. Eran un poco más grandes y más poderosos que nosotros (los Homo sapiens), pero sus cerebros no eran tan complejos.
El cerebro del "Hobbit" es el más pequeño de cualquier miembro del género Homo, pequeño incluso hasta para un chimpancé.
Pero a pesar de los lagartos gigantes y de las cigüeñas que habitaban en la isla, no había caníbales, lo cual puede haber significado que las diminutas criaturas no necesitaron de un gran cerebro para sobrevivir. Al contrario, el Homo floresiensis pudo haber experimentado una 'reorganización neurológica', donde las funciones cerebrales se mantuvieron en gran medida, a pesar del cambio total de su tamaño, dijo el Dr. Kaifu.
Los escasos recursos alimenticios en una pequeña isla se tornaron severos, y un cuerpo hambriento de calorías se volvió más pasivo. En el continente asiático, los estegodontes a veces se hicieron más grandes que los elefantes africanos, pero en la isla de Flores eran sólo un poco mayores que los búfalos de agua de hoy en día.
Con 354 kilómetros de largo, la isla de Flores nunca estuvo conectada por puentes de tierra a Asia o Australia. Incluso, en los momentos de bajos niveles marinos, saltando por encima habría implicado cruzar hasta 24 kilométros de agua, posiblemente en botes o en balsas primitivas.
Antes de que los humanos modernos comenzaran a transportar animales como monos, cerdos y perros, a la isla, hace aproximadamente 4.000 años, los únicos mamíferos terrestres que llegaron fueron los estegodontes, es decir, los extintos antepasados del elefante y los roedores; el primero, nadando, y el segundo, agarrado a restos flotantes.
El Homo erectus vivió en la cercana isla de Java hace al menos 1,5 millones de años, por lo que de alguna manera cruzó el mar hacia la isla de Flores. En ella los arqueólogos hallaron un esqueleto casi completo de una mujer Homo floresiensis que vivió en la isla hace 18.000 años. Incluía la parte superior de un cráneo, la mandíbula, la pelvis y un conjunto de huesos de las piernas.
También desenterraron puntas de piedra tallada entre los restos de un estegodonte que podría pesar unos 400 kg. Las puntas probablemente servían como punta de lanzas, lo que indica que estos primeros antepasados diminutos eran a la vez sofisticados fabricantes de herramientas y cazadores experimentados de caza mayor.
A pesar de sus reducidos cerebros, estos pequeños individuos, tenían aparentemente una compleja tecnología. Los restos de fuego, los huesos carbonizados y las miles de herramientas de piedra encontradas, deben haber sido obra suya.
Los investigadores estiman que los pequeños individuos vivieron en Flores desde hace aproximadamente 95.000 años hasta hace al menos 13.000 años.