viernes, 30 de septiembre de 2011

Descubren huellas humanas de 25,000 años de antigüedad


*** Especialistas del INAH descubrieron cinco improntas en la Sierra Tarahumara; cuatro pisadas corresponden a adultos y una a un infante
*** A decir de los expertos, las huellas son de gran relevancia para el estudio de los primeros hombres que poblaron el continente americano
Cinco huellas de pies humanos, cuya antigüedad se calcula entre 25,000 a 4,500 años, fueron descubiertas en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua. A decir de especialistas las improntas podrían corresponder a los primeros hombres que poblaron esa región que hoy se conoce como el norte de México.
Se trata de las primeras huellas humanas que se localizan en el estado de Chihuahua, y de verificarse su antigüedad, se sumarían a las pocas impresiones de primeros pobladores del continente americano que se conservan en México, particularmente en Cuatro Ciénegas, Coahuila, y en un rancho de Sonora.
Las pisadas corresponden a tres adultos y un niño que probablemente vivieron en las cuevas que se hallan en un paraje de la sierra, en el Valle de Ahuatos, a ocho kilómetros del poblado de Creel, en Chihuahua.
De acuerdo con los análisis morfoscópicos (forma), la huella 1, por su longitud de 26 centímetros, corresponde al pie derecho de un adulto de sexo masculino; en tanto que la 2 es del pie izquierdo de otro adulto, sin embargo por ser la menos definida se ha dificultado la identificación del sexo de la persona que la dejó. La pisada 3 es de un infante de 3 a 4 años de edad y corresponde al pie derecho con una longitud de 17 centímetros.
Las improntas 4 y 5 son de otro adulto y representan el único par que corresponde a la misma persona, mismas que se encontraron a dos metros de distancia de la huella 1; la pisada del pie izquierdo (huella 4) tiene una longitud de 23.7 centímetros, en tanto que el derecho (huella 5) mide 24.5 centímetros, una de las particularidades de estas dos pisadas es que tienen seis dedos, lo que puede deberse a una malformación.
El antropólogo José Concepción Jiménez dijo que el hallazgo de las huellas humanas se logró a partir de un correo que hizo llegar un habitante de Chihuahua, al Seminario del Hombre Temprano en México, para avisar de la existencia de huellas humanas antiguas, impresas en el Valle de Ahuatos, en el municipio de Bocoyna.
“Acudimos a realizar exploraciones de superficie para verificar la información y no encontrábamos las impresiones, costó mucho trabajo dar con ellas porque no es fácil su identificación.
“Después de varias búsquedas las encontramos en un arroyo que corre en la pendiente de un paraje de aproximadamente mil metros cuadrados. Las improntas se ubicaron en un área de aproximadamente dos metros dentro del riachuelo, en el cual el agua sólo fluye en temporada de lluvias, y el resto del año está seco”.         
El antropólogo señaló que con la finalidad de descartar o detectar la presencia de más pisadas humanas en lugares cercanos, se hicieron recorridos de superficie abarcando una extensión de 50 kilómetros.
No se encontraron más, pero en el área cercana a las huellas se descubrieron otras evidencias de ocupación humana en el valle, particularmente un área con rastros de campamentos primitivos, lo que ha dado pie para que la antropología advierta presencia humana desde épocas remotas como el Pleistoceno (12,000 años antes de nuestra era).
Asimismo, en los abrigos rocosos que circundan el valle, dentro de una extensión de 50 kilómetros, se encontraron cinco cuevas con vestigios, entre las que destacan tres que tienen en su interior pinturas rupestres sobrepuestas, las cuales, de acuerdo con la etnohistoriadora Gabriela Salas, del equipo de investigación, se ha determinado que fueron hechas en tres periodos: precerámico, prehispánico y colonial, lo que da constancia de una larga ocupación humana en el Valle de Ahuatos.
Las huellas, pinturas y materiales arqueológicos fueron localizadas por el antropólogo físico José Concepción Jiménez, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), quien informó que “estos descubrimientos son de gran relevancia para el estudio de los primeros pobladores en América, porque indican que en este paraje de la Sierra Tarahumara se asentaron algunos de los primeros grupos humanos que llegaron a esta parte del continente que hoy se conoce como Chihuahua”.
El coordinador del Proyecto El Hombre Temprano en México, de la Dirección de Antropología Física del INAH, dijo que tal hipótesis deriva de la existencia de un campamento primitivo, localizado a kilómetro y medio del riachuelo donde se descubrieron las huellas humanas.
Dicho sitio tiene una roca de más de  dos metros de altura con un bicelado en un costado y una cerca circular de piedras de menor tamaño —también con evidencias de haber sido trabajadas por el hombre—.
José Concepción Jiménez explicó que por lo que toca a las manifestaciones rupestres que hay en las cuevas, por la iconografía “claramente se pueden identificar las que corresponden a la época más remota o precerámica, que son aquellas plasmadas en colores rojo y amarillo con representaciones de líneas, círculos y grecas en zigzag, similares a otras localizadas en Cuatro Ciénegas, Coahuila, y que corresponden a grupos de los primeros pobladores del norte de México”.
En estas oquedades, añadió, también se encontraron restos de hollín producido por fogones y morteros, a modo de hoyos que se tallaron en las rocas, para moler alimentos.
El antropólogo físico del INAH abundó que en la entrada de las cuevas se identificó otra serie de hoyos de 25 centímetros de diámetro por 1.30 de profundidad, que pudieron servir para guardar comestibles; además de otros más pequeños cavados en círculo, que posiblemente se ocuparon para clavar postes de madera.
El especialista puntualizó que es necesario hacer estudios de laboratorio para fechar con exactitud las huellas humanas, pinturas y el resto de materiales arqueológicos encontrados, de modo que se tomaron muestras de sedimentos, tierra y pigmentos. Hasta el momento las posibles épocas en que fue ocupada esta región se ha calculado por analogía con vestigios encontrados en otros sitios de la región, y en el caso de la pintura a partir de su iconografía.
El antropólogo Jiménez advirtió que es muy difícil fechar hoyos y morteros porque las culturas de la sierra acostumbran reutilizar sus construcciones; se trata de grupos que en determinado momento se iban del lugar donde habitaban pero después regresaban.
“Es muy probable que los morteros los hayan hechos los primeros grupos humanos que poblaron el valle, ya que son similares a los encontrados en casi todo América, elaborados por grupos nómadas; es posible que épocas más tarde los tarahumaras los hallan reutilizado, incluso hasta la actualidad, porque en la sierra ocurre eso, de modo que es muy difícil decir con certeza qué grupo dio inicio a esta infraestructura primitiva y dar temporalidades.
“En tanto que los hoyos para clavar postes es más probable que los hicieran grupos tarahumaras prehispánicos. Se tendrán que hacer estudios in situ para definir el tipo de tecnología utilizada, es decir, cómo hicieron los socavones y demostrar con qué herramientas, para determinar a qué época corresponden”, concluyó.

Fuente: http://www.inah.gob.mx/index.php/boletines/16-antropologia/5259-descubren-huellas-humanas-de-25000-anos-de-antigueedad

jueves, 22 de septiembre de 2011

Restos hallados en Sillustani serían un importante entierro Colla


No hay duda que se trata de uno de los más importantes hallazgos de los últimos tiempos en nuestra región. Al pie de la famosa chullpa del lagarto, se encontró un entierro mucho más antiguo y valioso por lo que puede significar para nosotros, el encuentro con nuestro pasado Colla en un descubrimiento que nos dará más luces sobre sus costumbres y su forma de ver el mundo en su manera de ver la muerte.
Las excavaciones no dejan de sorprender a los arqueólogos. Los nueve restos humanos, acompañados de cerámica, alimentos, objetos metálicos, herramientas líticas y restos de animales encontrados en el complejo arqueológico de Sillustani corresponderían al entierro de alguna persona muy importante para los antiguos pobladores Colla, según lo aprecia el arqueólogoEduardo Arisaca, jefe del proyecto de restauración de Chullpas.
Hasta ahora, entre los 17 entierros descubiertos en el complejo arqueológico, nueve corresponden a restos humanos de los cuales cinco son de niños y cuatro de adultos, entre los cuales el más importante parece ser una persona mayor en posición fetal acompañada de las personas adultas, todos ellos ubicados al interior de una destrozada chullpa de la que solo queda la base. Al exterior de la chullpa se encuentran los restos de los niños presumiblemente ofrendados.
Sobre los restos de los niños se encuentran las cerámicas que fueron rotas sobre sus cuerpos, lo que para el arqueólogo Arisaca, refuerza elsupuesto que fueron sacrificados. El resto de los entierros corresponde a perros y cuyes, muy importantes para los enterradores porque, según la creencia andina, acompañan a los muertos en su tránsito a la otra vida.
También fueron encontrados restos de papas secas y cañihua las cuales según la creencia antigua eran para que los muertos se alimenten en su paso al más allá. Las herramientas líticas encontradas pueden ser una importante pista para saber lo que fueron en vida y la importancia que tuvieron los enterrados para su comunidad.
La ubicación del hallazgo indica que se trata de alguien muy importante para los antiguos pobladores Colla, pues el entierro se encuentra prácticamente al pie de la famosa chullpa del lagarto, es decir, en uno de los lugares más importantes de Sillustaniel cual fue un antiguo centro espiritual para el mundo andino mucho antes que aparezcan los Incas.
La antigüedad del entierro se puede datar entre los 1100 y los 1400 años después de cristo, correspondientes al periodo intermedio tardío dentro del cual se desarrolló la cultura Colla, mucho antes que ellevantamientode las grandes Chullpas. Para el arqueólogo Eduardo Arisaca, la construcción de la chullpa del lagarto habría afectado el entierro colla de la que sólo hallamos la base de una destruida chullpa sin embargo el entierro se encuentra intacto, libre de saqueo y otra alteración.
Las excavaciones se vienen realizando en 5 chullpas desde inicios de agosto en distintos puntos del complejo arqueológico de Sillustani y se realizarán hasta fines de diciembre por lo que los se esperan encontrar más restos arqueológicos. Actualmente los restos hallados vienen siendo fotografiados, dibujados y registrados para después ser enviados a trabajo de gabinete en donde se concluirá el trabajo científico que sacará a la luz la verdad sobre los hallazgos.
Trabajos de restauración.
El entierro fue hallado en medio de los trabajos de restauración y puesta en valor de diez chullpas de las 102 que se encuentran en el complejo arqueológico.Eduardo Arisaca informó que esta es la primera vez que se hace una acción de este tipo y que en realidad el total de las chullpas necesitan ser mantenidas.
Los trabajos de mantenimiento incluyen la excavación gracias a lo cual se pudo encontrar los restos Collas. El mantenimiento incluye, prácticamente desarmar algunas chullpas y volverlas a armar, eso sí, siempre respetando la forma original y los métodos de los antiguos arquitectos andinos. La obra también incluye el mantenimiento de los caminos para los visitantes y la mejora de la infraestructura del complejo.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Hallan en Sudáfrica al posible "eslabón perdido" prehumano

Esta imagen distribuida por la revista Science muestra a Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica, con el cráneo del Australopithecus sediba, posible eslabón perdido anterior al género de los seres humanos modernos (AP Foto/Courtesy of Lee Berger and the University of Witwatersrand)

WASHINGTON (AP) Huesos de hace dos millones de años hallado en Sudáfrica de una criatura con características simiescas y humanas podría pertenecer a la forma en transición que antecedió a los seres humanos modernos.
Un análisis de los huesos sugiere que el Australopithecus sediba es el principal candidato a ser el antepasado de los humanos, afirmó el investigador principal Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica.
Los fósiles, de un niño varón y una mujer, muestran una novedosa combinación de rasgos, como si la naturaleza hubiera estado experimentando. Algunos de ellos sugieren que se trata de criaturas prehumanas, y otros, del género Homo, que incluye al Homo sapiens, el ser humano moderno.
"Es como si se hubiese tomado una instantánea de la evolución", comentó Richard Potts, director del programa de orígenes humanos en el Instituto Smithsonian, que no participó en la investigación dirigida por científicos sudafricanos. El informe aparece el jueves en la edición electrónica de la revista Science.
Desde hace tiempo, los expertos consideraban la familia Australopithecus -que incluye el famoso fósil Lucy- como candidata a antepasado de los humanos. La nueva investigación establece la existencia de una criatura que combina características de ambos grupos.
Los huesos fueron hallados en el 2008 en Malapa, cerca de Johanesburgo, un sitio rico en fósiles. Matthew, el hijo de Berger que entonces tenía nueve años, halló un hueso que se determinó pertenecía al niño. Dos semanas después, Berger descubrió los huesos de la mujer.
La revista publica cinco informes sobre las conclusiones, incluso informes separados sobre pie, mano, pelvis y cerebro del A. sediba.
Berger dijo que el cerebro, la mano y el pie presentan características de formas humanas modernas y prehumanas que indican una transición en curso.
Kristian Carlson, también de Witwatersrand, dijo que el cerebro de A. sediba es pequeño, como el de un chimpancé, pero con una configuración más humana, particularmente con una expansión detrás y encima de los ojos.
Esto parece demostrar que el cerebro se estaba reorganizando antes de empezar su expansión a su tamaño actual, afirmó Carlson en una teleconferencia.
"Aunque requerirá mucho estudio de los informes y de los fósiles por más investigadores en los próximos meses y años, estos análisis bien podrían sentar precedente para comprender la evolución humana", según Potts.
¿Significa entonces que A. sediba es el eslabón perdido, una frase que no les agrada a los científicos? Berger dijo que el ejemplar es un buen candidato para representar la evolución de los seres humanos, aunque el ejemplo definitivo del Homo es de 150.000 a 200.000 años anterior.
Los científicos prefieren los términos "forma de transición" o "forma intermedia", precisó Darryl DeRuiter, de la Universidad A&M de Texas.
"Esto es lo que pronostica la teoría evolutiva, esta mezcla de Australopitecino y Homo", dijo DeRuiter. "Es una firme confirmación de la teoría evolutiva".
Pero todavía no es un ejemplo del género Homo, aclaró, aunque pudo haber conducido a varias formas humanas tempranas como Homo habilis, Homo rudolfensis u Homo erectus, considerados primos distantes del ser humano moderno.
Estos artículos "obligan a reconsiderar de qué modo los rasgos se combinan en la evolución humana", dijo Potts en un correo electrónico desde Kenia, donde efectúa investigaciones.
"Por ejemplo, en definiciones previas de nuestro género, la característica central en el surgimiento del Homo ha sido el agrandamiento del cerebro", notó. "Pero los huesos de sediba indican, sin embargo, que la reorganización del cerebro y la pelvis típicamente conectados con la evolución del Homo no implicaban necesariamente el agrandamiento del cerebro".

Fuente: http://es-us.noticias.yahoo.com/hallan-sud%C3%A1frica-eslab%C3%B3n-perdido-prehumano-130744398.html

viernes, 2 de septiembre de 2011

Descubren una pala de neandertal de hace 56.000 años


Réplica de la pequeña pala junto a la huella encontrada en Abric Romaní.|IPHES

Nunca hasta ahora se había encontrado algo similar en un yacimiento de neandertales ni de humanos modernos del Paleolítico. Se trata de un utensilio de madera con forma de pequeña pala que fue usada por los neandertales que hace 56.000 años habitaron en el Abric Romaní, un yacimiento del municipio catalán de Capellanes.
Los paleontólogos del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) han encontrado el lugar en el que estuvo esta pequeña pala con mango porque en el suelo del nivel 'P 'quedó impresa su huella, así como restos de la madera carbonizada de la que estaba hecha, que podía ser de pino o de sabina, los árboles que había alrededor.
El artefacto medía en su parte más ancha 15 centímetros de largo por ocho de ancho, con una forma triangular, terminada en punta; y en el mango tiene otros 17 centímetros de largo por cuatro de ancho. Los restos que quedan están carbonizados, lo que indicaría que la habían tirado al fuego que había en la cueva cuando estaba ya medio apagado, por lo que no se quemó. Posteriormente, quedó cubierta por agua y musgos que impidieron su destrucción hasta que la huella quedó impresa en el terreno.
Pieza como las del Neolítico
Eudald Carbonell, director de las excavaciones, reconoce a ELMUNDO.es que se quedó "de piedra" cuando observó el enclave y la reconstrucción que hizo un miembro de su equipo. "No hay nada similar en el mundo con esa forma y aquella época, ni construido por neandertales ni por humanos modernos, tampoco he encontrado una herramienta similar entre los cazadores y recolectores actuales. Hasta el Neolítico no hay piezas similares", apunta en investigador.
Por el contexto en el que se encuentra se sabe que entonces ocupaban el abrigo un grupo de cazadores y recolectores neandertales que cazaban para comer cérvidos, caballos y bóvidos que solían asar en las hogueras. Incluso hay unos objetos de madera que podrían haberse utilizado comobandejas. También se han hallado lanzas y porras de madera.
En cuanto a microfauna, se han documentado especies relacionadas con ambientes acuáticos, como la rata de agua, y otras propias de entornos más húmedos que los actuales de la zona, como las musarañas de dientes rojos.
Los 30 años de excavaciones en Abric Romaní, con unas excepcionales condiciones de sedimentación, han servido para documentar actividades humanas que hasta ahora sólo se atribuían a los 'sapiens', sobre todo en cuanto a organización de sus alojamientos, de la que se ha podido deducir una complejidad social mayor de la que se creía.

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/08/23/ciencia/1314118005.html