martes, 22 de noviembre de 2011

Descubren en Perú 44 niños sacrificados hace entre 600 y 700 años

Unos restauradores trabajan en un mural que representa a unos guerreros que iban a ser sacrificados
Los restos de 44 niños sacrificados de entre 600 y 700 años de antigüedad fueron descubiertos por arqueólogos peruanos alrededor de una torre funeraria del sitio arqueológico de Sillustani, en la región surandina de Puno, fronteriza con Bolivia, informó el investigador Eduardo Arisaca.
"Se trata de niños y bebes de ambos sexos, cuyas edades van desde recién nacido a los tres años, y que fueron sacrificados entre 1.300 y 1.400 años después de Cristo", dijo el arqueólogo a la prensa local del domingo.
Los infantes fueron sepultados en parejas dentro de cestas funerarias o en vasijas de cerámicas alrededor de una torre funeraria o 'chullpa' llamada Lagarto.
Todos los niños tienen sobre el pecho una piedra de material volcánico y están rodeados de ofrendas de animales, restos de comida y objetos cerámicos, como cántaros y platos.
"Los rostros de los niños están dirigidos hacia el este (por donde sale el sol), todos tienen el cráneo alargado por un tratamiento previo que se le daba a los hijos de los nobles", explicó Arisaca, que indicó que los trabajos en el complejo comenzaron hace unos meses.
Entre los niños sacrificados hay algunos que presentan anomalías en sus huesos como consecuencia de defectos, añadió.
Según las primeras investigaciones, los sacrificios de los niños podrían haberse producido en un contexto de guerra. "Ello puede deducirse de la iconografía de los objetos de cerámica hallados en los entierros", agregó.
Los niños forman parte de los restos de 200 personas que se han hallado hasta el momento sepultadas en el entorno de la Chullpa Lagarto.
En septiembre de este año, Arisaca reveló, por primera vez, el descubrimiento de los restos de un niño con una antigüedad de 700 años en una chullpa de Sillustani. "La osamenta en buen estado corresponde a un niño de dos años, que estaba enterrado dentro de una vasija de barro en posición flexionada", dijo en ese momento el arqueólogo, que agregó que junto al infante estaba enterrado un perro en una vasija de cerámica.
Asimismo, señaló que en la chullpa Caricachi se descubrieron restos de 12 seres humanos enterrados con sus trajes, comida, cerámicas y animales. Todos estaban en una sola tumba, en la que se halló una lámina de oro como parte de un atuendo y restos de vasijas, señaló.
La municipalidad de Puno, que participa en los trabajos de restauración y conservación del complejo arqueológico de Sillustani, informó hace unas semanas del hallazgo de una piedra de 12 ángulos.
Una chullpa es una antigua torre funeraria construida para enterrar a una persona noble, familia noble o personaje de la comunidad.
La más alta encontrada en un complejo mide unos 12 metros, pero hay chullpas en todo el Altiplano de Perú y Bolivia.
Los cadáveres se colocaban en cada tumba en posición fetal junto con algunas de sus pertenencias, incluida ropa.
La construcción de la chullpa varía según el grupo étnico. En general, las del norte del Altiplano son circulares y construidas con piedra, mientras que las del sur son rectangulares y hechas con adobe.
Unos restauradores trabajan en un mural que representa a unos guerreros que iban a ser sacrificados en el complejo ceremonial de Huaca de la Luna, en Trujillo, en el norte de Perú, el 27 de septiembre de 2005.

Fuente: http://es-us.noticias.yahoo.com/descubren-per%C3%BA-44-ni%C3%B1os-sacrificados-600-700-a%C3%B1os-111032322.html

viernes, 11 de noviembre de 2011

La abundancia de agua dulce en Eilat propició la dispersión del Homo sapiens


Homo sapiens / Foto: iStockphoto

Jerusalén, 10 nov (EFE).- La abundancia de agua dulce en la región que comprende la bahía de Eilat, en el sur de Israel y limítrofe con Jordania y Egipto, propició la dispersión del Homo sapiens del continente africano hacia Europa y Asia, según un estudio elaborado por geólogos israelíes.
La nueva investigación, de la que da cuenta hoy el diario "Haaretz", señala que hace más de 100.000 años la región en torno a la bahía de Eilat, a orillas del Mar Rojo, era bañada por fuentes de agua dulce, lo que aparentemente facilitó al hombre moderno (Homo sapiens) subsistir y emigrar posteriormente de esta árida región en dirección a Asia y Europa.
El estudio fue conducido por el profesor Boaz Lazar, del Instituto de Ciencias de la Tierra en la Universidad Hebrea de Jerusalén, y el geólogo Moti Stein, del centro de Investigación Geológica de Israel, que desarrollaron sus investigaciones en una zona al sur de la ciudad jordana de Aqaba.
Allí estudiaron los cambios que tuvieron lugar en un arrecife de coral que se alzó sobre el nivel del mar hace miles de años y se transformó en un coral fósil.
Las conclusiones de la investigación fueron publicadas recientemente en la revista especializada "Geology".
Según Stein, la importancia del estudio de los fósiles de coral estriba en que es posible extraer de ellos información sobre su edad y los cambios que ocurrieron en el nivel del mar durante distintos períodos.
Existen arrecifes en la bahía de Eilat que en la actualidad se encuentran sobre el nivel del mar y que quedaron varados sobre tierra firme debido a una serie de terremotos que sacudieron la región hace miles de años y crearon la plataforma del Mar Muerto.
Los corales son animales marinos que emplean varias sustancias para construir su esqueleto, con el que se forma el arrecife.
Los que viven en un entorno marino salino generalmente están compuestos por un mineral conocido como aragonita.
Sin embargo, estudios anteriores revelaron que cuando los arrecifes entran en contacto con aguas dulces, la aragonita experimenta un proceso de re-cristalización para convertirse en el mineral de la calcita.
"A lo largo de los años nos dimos cuenta de que muchos de los corales en la zona de la bahía de Eilat estaban compuestos de calcita", explicó Stein.
En opinión del geólogo, "esto indica que en algún momento entraron en contacto con aguas dulces, y eso por supuesto es inusual en una región considerada como una de las más áridas del planeta".
Los investigadores israelíes estiman que los corales entraron en contacto con el agua dulce hace unos 140.000 años, durante lo que se conoce como período interglaciar.
Este lapso de tiempo corresponde, según estudios antropológicos y arqueológicos, a aquel en el que el Homo sapiens comenzó a emigrar de África a otros continentes y permitió la dispersión y asentamiento del ser humano.
"Sabemos que durante este período había gran cantidad de lluvia en esta región, y suponemos que se formaron embalses de aguas subterráneas que fluían hacia el mar y estuvieron en contacto con los corales provocando los cambios que en ellos se produjeron", añadió Stein.
Esas circunstancias llevaron a los investigadores a concluir "que esas aguas también sirvieron a los seres humanos que llegaron a esta zona permitiéndoles subsistir en el entorno", afirmó. EFE

Fuente: http://es-us.noticias.yahoo.com/abundancia-agua-dulce-eilat-propici%C3%B3-dispersi%C3%B3n-homo-sapiens-113600473.html

viernes, 4 de noviembre de 2011

Hallan pez que era consumido en época preincaica en cuenca de Lambayeque


Pez del género Astroblepus hallado en cuenca del río La Leche, en Lambayeque.

Chiclayo, oct. 27 (ANDINA). Un pez nativo, que era consumido en la época preincaica, fue hallado en la cuenca del río La Leche durante la actualización del inventario de especies hidrobiológicas que elabora el Gobierno Regional de Lambayeque, informó hoy una autoridad.
El gerente regional de Desarrollo Productivo, Miguel Verona, señaló que un equipo de especialistas, liderado por la bióloga Lila Suárez, encontró al pez (género Astroblepus) aguas arriba del río Moyán, en el distrito de Incahuasi.
“La labor se inició en la cabecera del río La Leche, que es uno de los afluentes del río Moyán, y ahora estamos en la unión de los ríos Moyán y Sangana. Estamos seguros que encontraremos nuevas especies", manifestó.
El pez es parecido a la carachama (pez selvático), pero sin escamas. “Es una especie aplanada porque vive pegada a las rocas, se moviliza muy poco y se alimenta de detritus (residuos) que existen a lado de las rocas”, detalló.
La especie, que provendría de los ríos de Chota (Cajamarca), ya ha sido reportada en Lambayeque y también existe en Ecuador y Bolivia, especialmente en zonas altoandinas.
Manifestó que inicialmente se pensó que el pez era producto del calentamiento global, hipótesis que fue descartada. “El Museo de Historia Nacional de Lima nos está apoyando y ha identificado el género de este pez, poco conocido", anotó.
Verona refirió que el gobierno regional ejecuta la actualización del inventario de peces continentales en el refugio de vida silvestre Laquipampa y de la cuenca del río La Leche desde setiembre pasado.
Comentó que conocer el valor de los recursos nativos es fundamental porque "alimenta nuestra historia, además demuestra al mundo que tenemos especies únicas que debemos conservar, que se usaron en la época preínca y están plasmadas en la iconografía moche, como los bagres por ejemplo".
“(El pez del género Astroblepu) Era un alimento de nuestros ancestros, por lo que debemos consumirlo. Hay que trabajar en su repoblamiento”, expresó el funcionario a la Agencia Andina.
Recordó que en el primer listado de especies continentales realizado en 1980 figuran 16 tipos de peces; sin embargo, por la mano del hombre y erróneos procedimientos de pesca han ido desapareciendo. Es el caso del camarón nativo y el life.
Verona dijo que aún existen especies como la mojarra, el bagre, la chalcoca y el cascafe, por lo que "urge" protegerlas.
“Aún falta catalogar al Astroblepu, pero se realizan las investigaciones necesarias para identificarlo plenamente e incrementar sus niveles de concentración en los espacios de agua”, indicó.
Para noviembre está previsto dictar charlas de sensibilización a los pescadores, a fin de que no utilicen dinamita, equipos o artes en sus faenas, no solo porque las leyes lo prohíben, sino que está demostrado que influyen en el decrecimiento de la masa ictiológica.
Asimismo, adelantó que se propiciará el sembrado de especies nativas en áreas protegidas y aisladas para que se reproduzcan. Luego se procederá a hacer lo mismo en los ríos y demás cuerpos de agua para que la comunidad pueda extraerlas para su consumo.

Fuente: http://www.andina.com.pe/Espanol/noticia-hallan-pez-era-consumido-epoca-preincaica-cuenca-lambayeque-383997.aspx

viernes, 28 de octubre de 2011

Teotihuacan fue construido con patrón numérico



En la ponencia del arqueólogo japonés Saburo Sugiyama, en la V Mesa Redonda de Teotihuacán, se explicó que la medida más utilizada en la antigua arquitectura teotihuacana, es de 83 centímetros, particularmente en las pirámides del Sol, la Luna y de Quetzalcóatl.
Sugiyama, investigador de la Universidad Estatal de Aichi, Japón, precisó que la posible medida longitudinal utilizada por los antiguos arquitectos de Teotihuacán, corresponde a "una base numérica compuesta por 83 centímetros, porque es la cantidad que, multiplicada por 4 o múltiplos de 4, se repite constantemente en las medidas de las edificaciones del sitio prehispánico".
Se informó en un comunicado que en el foro académico organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), también participó el arqueólogo mexicano Eduardo Matos, con una ponencia sobre las semejanzas arquitectónicas y de cosmovisión entre las culturas Mexica y Teotihuacana.
En este encuentro, que se realiza desde el 23 de octubre y concluirá este 28, el científico japonés extendió su exposición al dar ejemplos con respecto a las medidas de las construcciones teotihuacanas.
Entre éstas dio a conocer las medidas de la alfarda, escalera y distancia entre las esculturas de cabezas de serpientes de la pirámide de Quetzalcóatl.
"La alfarda mide 1.66 metros de longitud lo que corresponde al doble de la unidad que sugiero (83 centímetros) ; lo mismo pasa con la distancia entre las cabezas de serpiente que es cuatro veces la unidad (3.32 metros) , o con el largo de la escalera que es de 13.2 metros, lo que equivale a 16 veces la unidad".
Mientras dictaba la conferencia "Cosmograma y política plasmada en la planificación urbana de Teotihuacán", Sugiyama, habló sobre el simbolismo de la Pirámide de la Luna, planteado a partir de los avances de investigación de entierros humanos y ofrendas halladas durante el proyecto de excavación de 1998 a 2004, encabezado por él.
En este sentido comentó que dichos contextos funerarios son muestra de la importancia de la pirámide como templo sagrado, en el que se hicieron ceremonias vinculadas con los movimientos celestes, la dualidad fuego-agua y el renacimiento del día.
El investigador explicó que al realizar las excavaciones en la pirámide, se halló evidencias de superestructuras y sistemas constructivos, de los cuales determinaron la existencia de siete niveles, con antiguedad, que va de 100 a 400 d. de C.
Añadió que asociados a los niveles se descubrieron entierros, de los cuales sólo describió dos, denominados el V y el VI, ya que fueron los que presentaron mayor cantidad de elementos.
En el V entierro se descubrieron tres osamentas humanas en posición de flor de loto (común entre personas de linaje) , cuyos individuos seguramente fueron ofrecidos para llevar a cabo la ampliación constructiva de la pirámide de la Luna.
"Dichos esqueletos, continuó Sugiyama, portaban collares y pendientes de piedra verde, con diseños de lo que parecerían cuerdas amarradas, que para la zona maya eran figuras ornamentales relacionadas con la élite o la autoridad, lo que nos sugiere algún tipo de relación entre mayas y teotihuacanos".
Además, en los entierros descubiertos y con el mismo contexto funerario, se encontraron un disco de pirita y dos esculturas antropomorfas, una de obsidiana y otra de piedra verde, de la cuales, según piensan los expertos, una estaba parada sobre el disco, haciendo alusión a imágenes de murales teotihuacanos en los que se observa un disco del cual emerge una figura humana.
De acuerdo a interpretaciones de investigadores del INAH, puede significar la salida del sol del inframundo para comenzar un nuevo día.
Por su parte, el investigador emérito del INAH, Eduardo Matos, al dictar su conferencia "El centro del universo en Teotihuacán y Tenochtitlan: afinidades y divergencias", señaló que si bien estuvieron alejadas en el tiempo, hubo algunos aspectos ideológicos y arquitectónicos que las unieron.
Así destacó el aspecto fundacional de estas dos civilizaciones, mediante la presencia de una montaña sagrada y principal, representada con la Pirámide del Sol y el Templo Mayor, ambas orientadas hacia el poniente y, asociadas simbólicamente con la dualidad vida-muerte.
Para cerrar su ponencia, concluyó con la explicación de los actos rituales de ambas civilizaciones, que para el caso de Teotihuacán, si bien no existen testimonios escritos, sí se ha encontrado evidencia arqueológica que lo confirma, como entierros con esqueletos humanos, con huellas de sacrificio y ricas ofrendas.
Mientras que en Tenochtitlan se sabe por el "Códice Florentino" y crónicas del siglo XVI, de la existencia de dos ceremonias conocidas como "panquetzaliztli" y "hueytozoztli", dedicadas al dios de la guerra Huitzilopochtli, y a Tláloc, deidad del agua, en las cuales se presume hubo ofrecimiento de sacrificios humanos.

Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/notas/804252.html

viernes, 21 de octubre de 2011

Descubren herramientas de 9.000 años de antigüedad



Investigadores del INAH hallaron cientos de artefactos rudimentarios hechos por el hombre durante la época del Holoceno Temprano (11,000 a 8,000 años).
Los objetos que prueban la migración humana a América por vía costera, fueron encontrados en un sitio denominado El Coyote, ubicado en la región del Cabo, en BCS.

En la región del Cabo, en Baja California Sur, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) localizaron un sitio con cientos de herramientas rudimentarias hechas por el hombre a finales de la época del Holoceno Temprano (11,000 a 8,000 años). El descubrimiento de estos objetos, que tienen una antigüedad de 9,000 años, refuerza la hipótesis acerca de la migración vía costera de los primeros pobladores del continente americano.
El hallazgo se registró en un sitio que los arqueólogos denominaron El Coyote, el cual se suma a otros similares en la región, que en conjunto plantean que el hombre se desplazó por la costa y llegó a lo que hoy es la península de Baja California, durante los últimos años de dicha era geológica.
Los avances de este estudio realizada en ese lugar desde hace tres años, fueron dados a conocer por los arqueólogos del INAH Isaac Aquino, director de la investigación; y Leticia Barajas, jefa de campo, quienes afirman que por la extensión de El Coyote, la cantidad de artefactos que ahí se conservan y la continuidad cronológica que ofrecen, su estudio y análisis “apoyará de manera sustancial los antecedentes de ocupaciones humanas tempranas y tardías en la península”, que diversos investigadores de la región han venido planteando tiempo atrás.
A partir de análisis de los materiales arqueológicos hallados, los especialistas identificaron una tecnología en el proceso de elaboración y aplicación de las herramientas de piedra y concha, igual a la que se ha encontrado en otros sitios de la región de El Cabo, y que tienen la misma temporalidad, entre los que destaca la Isla de Espíritu Santo, por lo que proponen que se trata del mismo grupo cultural aún no identificado, que bajó por la costa del Golfo de California desde la parte norte de la península hacia el sur, hasta incursionar en islas y ocupar una porción de esa región.
El Coyote abarca alrededor de cien hectáreas, localizadas en la zona costera del Golfo de California o Mar de Cortés, en las cuales se encontraron cientos de herramientas de piedra, conchas y caracoles con huellas de haber sido manipuladas por el humano, como la almeja (Chama buddiana) —cuya dureza sólo permite abrirla al fuego—, de la cual se hallaron ejemplares quemados; restos de animales marinos y terrestres que fueron consumidos, además de artefactos de pesca, de los que destacan tres anzuelos elaborados con conchas de madre perla (Pinctada mazatlánica).
Los milenarios objetos se encontraron en diversos puntos que los arqueólogos conocen como campamentos, algunos a cielo abierto (sin techo) y otros en el interior de cuevas; así como en espacios que eran ocupados como talleres primitivos para fabricar herramientas de piedra y concheros (áreas de desechos y consumo de moluscos), mismos que indican el desarrollo de distintas actividades relacionadas entre sí, como la extracción de riolita (roca) y la fabricación de herramientas para la obtención de recursos terrestres y marinos.
Los materiales descubiertos también indican que los antecesores de los bajacalifornianos ya navegaban para esa época remota, mediante algún tipo de balsa sencilla, con la cual se desplazaba mar adentro para después sumergirse a distintas profundidades, toda vez que los restos de algunas de las especies marinas encontradas sólo se pueden obtener por medio de buceo.
Los análisis de laboratorio practicados a muestras de materiales arqueológicos recolectados revelan presencia humana en esa región desde hace 9,000 años y hasta el siglo XVI. Para el estudio de los materiales fechados, los investigadores del INAH los agruparon en dos periodos históricos: el primer grupo data del periodo Holoceno Temprano o Proto Desierto (11,000 a 8,000 años); y el segundo va de por lo menos del Holoceno Tardío (2,700 años) hasta la llegada de los primeros expedicionarios españoles a la península de Baja California en el siglo XVI.
Debido al distanciamiento de tiempo entre los dos periodos señalados, los arqueólogos refieren que debió existir otra época intermedia durante la cual se conformaron las modificaciones tecnológicas necesarias para la caza de animales terrestres, pero hasta el momento no se han encontrado suficientes evidencias materiales en la región.
Isaac Aquino y Leticia Barajas detallaron que del periodo más antiguo descubrieron cientos de conchas de la especie Dosinia ponderosa, que fueron usadas por hombres primitivos como herramientas; se trata de un objeto recurrente en todos los puntos excavados, por lo cual estiman que dicho molusco fue de suma importancia para estos primeros pobladores.
Junto con las conchas se descubrió gran cantidad de herramientas de piedra para corte y desgaste (tajadores, percutores, cepillos, raspadores y cuchillos) cuya antigüedad es de 8,600 y 9,300 años, y fueron empleadas para trabajar fibras vegetales y madera, así como para abrir conchas y consumir moluscos.
Asimismo, descubrieron gran cantidad de conchas de madre perla (Pinctada mazatlánica), algunas cortadas y pulidas; y tres anzuelos elaborados con este material — iguales a otros hallados por la arqueóloga Harumi Fujita en la Covacha Babisuri, en la Isla Espíritu Santo, fechados para los periodos Holoceno Temprano (11,000-8,000 años) y Holoceno Tardío (2,000-300)—, con lo que Barajas y Aquino corroboran que la elaboración de estos artefactos para pescar en lo que hoy es la península de Baja California, data de hace 8,000 años.
En lo que respecta al segundo lapso histórico, el periodo Holoceno Tardío (2,000 a 300 años), la mayor parte de utensilios fechados corresponde a diferentes tipos de artefactos bifaciales (instrumento de piedra tallado en sus dos caras); para esta época los especialistas observan un incremento en la manufactura tanto de estos utensilios, como de cuchillos y puntas de proyectil.
“El tipo de herramientas del periodo Holoceno Tardío también revela el grado de organización laboral alcanzado por los primeros habitantes de la península de Baja California, que les permitió montar entrampados para la caza de especies más difíciles de atrapar, como el delfín azul (Stenella coeruleoalba) —del cual se encontraron algunos huesos en los contextos arqueológicos de menor antigüedad— y cuya captura marcó un cambio gradual en la explotación de especies marinas, mediante una organización de mayor complejidad”.
Hasta el momento los especialistas del INAH han identificado 51 especies de fauna marina en los puntos explorados en El Coyote, representadas en bivalvos (moluscos con caparazones de dos conchas, como la almeja) y caracoles, además de vértebras de pescado y huesos de mamíferos, como el delfín y el lobo marino, así como restos óseos de fauna terrestre, como el venado, la liebre y diversos tipos de aves.
A decir de los arqueólogos, El Coyote pudo haber sido hace 9,000 años el centro de producción de herramientas de piedra para pesca, caza y consumo de alimentos, el más grande de toda la península de Baja California Sur; “aproximadamente en sus 100 hectáreas, cada 5 o 10 metros se encuentran evidencias de que el hombre trabajó la piedra durante el Holoceno”.
Finalmente, los especialistas señalaron que hasta el momento no se han encontrado esqueletos humanos por lo que es imposible saber a qué grupo étnico pertenecían los habitantes de El Coyote; sin embargo el arqueólogo Isaac Aquino explica que cuando llegaron los primeros exploradores españoles al Cabo, en el siglo XVI, esa región estaba habitada por el grupo pericué, etnia extinta actualmente.

viernes, 14 de octubre de 2011

Descubren un perro prehistórico con un hueso de mamut en la boca


perro

Un equipo de investigadores ha descubierto los restos fósiles de tres perros del Paleolítico, uno de ellos con un hueso de mamut en la boca, que pudieron ser enterrados siguiendo un ritual típico de la época.
Los fósiles han sido descubiertos en la región de Predmostí, en la República Checa, según recoge la publicación Journal of Archaelogical Science.
Los científicos consideran que los tres animales fueron enterrados siguiendo un ritual y que un humano pudo colocar el hueso de mamut en la boca de uno de estos perros para que “estuviera alimentado y acompañara su alma y la de su dueño en su viaje después de la muerte”.
Además, una vez fallecidos, los humanos retiraron el cerebro del cráneo de los perros, lo que puede implicar -según estos rituales- un significado asociado con la liberación de su espíritu.
Muchos pueblos indígenas de estas regiones europeas consideraban que la cabeza y el cerebro contenían el espíritu o el alma, así, los humanos hicieron un agujero en el cráneo del animal muerto para que el espíritu pudiera ser libre.
Otro de los aspectos que ha llamado la atención de los investigadores es que “los cráneos muestran signos claros de domesticación”, asegura Mietje Germonpré, paleontóloga del Instituto Belga de Ciencias Naturales, en declaraciones recogidas por Discovery News.
Según la investigadora, los cráneos de estos ejemplares son significativamente más bajos que los de los fósiles que se han encontrado de lobos o de especies modernas de esta especie, e incluso poseen una estructura más ancha y un paladar diferente al de estos animales.
Bestias de carga
Los paleontólgos han señalado que eran animales grandes, que pesaban alrededor de 35 kilos, por lo que eran utilizados como bestias de carga para ayudar a los humanos en el transporte de huesos, carne o leña.
Sus cráneos, explica Germonpré, “son similares al de un Husky siberiano, aunque más grandes y pesados que los ejemplares que conocemos actualmente”.
El estudio, explican los investigadores, es “muy convincente”, y demuestra “claramente que el proceso de domesticación de los perros se llevó a cabo miles de años antes de lo previsto“, considera Rob Losey, otro de los paleontólogos que ha participado en la investigación.

Fuente: http://arqueologiaaldia.com/descubren-un-perro-prehistorico-con-un-hueso-de-mamut-en-la-boca/

viernes, 7 de octubre de 2011

Científicos demuestran que la presencia humana altera la Cueva de Altamira


Detalle de una parte de los bisontes que decoran el techo más conocido de las cuevas de Altamira (Santillana del Mar). EFE/Archivo

Madrid, 6 oct (EFE).- Un equipo multidisciplinar de científicos ha demostrado que la presencia del hombre en la Cueva de Altamira produce una alteración de varios indicadores ambientales, entre ellos un aumento de las partículas en suspensión, de la oscilación de la temperatura, de la humedad y también una mayor concentración de dióxido de carbono.
Las conclusiones del estudio, coordinado por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Sergio Sánchez-Moral, aparecen publicadas en el último número de la revista Science.
En él ha participado también el profesor de investigación Cesáreo Saiz-Jiménez, adscrito al Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (CSIC), quien ha señalado a EFE que las investigaciones "indican la necesidad de conservar la cueva manteniéndola cerrada a las visitas".
Saiz-Jiménez ha precisado que los visitantes aumentan la temperatura del aire de la cueva y propician además que se establezcan corrientes de aire, favorecidas también por la apertura de las puertas de acceso.
Los científicos han logrado catalogar la diversidad microbiana de la cueva, y sus estudios, que comenzaron en el año 1995, han permitido elaborar además un mapa de su distribución en la cavidad.
El trabajo se ha realizado con cinco estaciones de monitorización para conocer el microclima de cada una de las zonas de la cueva, y ha permitido identificar las diferentes colonias microbianas, ha informado el CSIC.
Ubicada en la localidad cántabra de Santillana del Mar, la de Altamira es una cueva natural en la roca en la que se conservan pinturas y grabados del Paleolítico Superior, de los periodos Magdaleniense, Solutrense y Gravetiense.
Contiene pinturas polícromas, grabados, pinturas negras, rojas y ocres que representan animales, figuras antropomorfas y dibujos abstractos, pero en la actualidad se encuentra cerrada al público y sólo acceden a ella los investigadores.
Las zonas monitorizadas con más detalle en el interior, según los datos facilitados por el CSIC, fueron: la Sala de Entrada, el Cruce, la Sala de los Polícromos, la Sala de los Muros, la Sala de la Hoya y la Sala del Pozo.
"La presencia del ser humano en la cueva se traduce en un incremento sustancial de las partículas en suspensión, la oscilación de la temperatura, la humedad y la concentración de dióxido de carbono, así como en cambios en el régimen de circulación del aire en el interior", ha explicado el científico Sánchez-Moral.
El desplazamiento de aire se produce a lo largo de toda la cueva y la presencia del hombre favorece el progreso de la masa de aire con micropartículas de agua hacia el interior (agua, polvo, bacterias o esporas de hongos), y con ello el desarrollo de los fenómenos de condensación sobre la roca y la dispersión de los microorganismos hacia el interior.
Los investigadores han comprobado que el incremento de la temperatura del aire en la Sala de Polícromos, y especialmente el fuerte ascenso térmico provocado en su techo por la entrada y por la permanencia de visitantes, disminuye su densidad y favorece la movilización del aire del interior de la sala.
En 2002, ha recordado el CSIC, el equipo de investigación identificó unas manchas verdes en la zona de la Sala de Polícromos que corresponden a microorganismos fotótrofos, similares a las que aparecieron en la cueva francesa de Lascaux.
Esos microorganismos, que emplean la luz como fuente de energía, persisten a día de hoy, pero en zonas muy reducidas, ya que resisten mucho tiempo a pesar de no recibir luz directa.
Los científicos han comprobado que la suspensión de la iluminación artificial de los últimos años ha favorecido la disminución de esos microorganismos, y por lo tanto hay ahora menos manchas verdes en la sala de Polícromos, pero aún quedan restos como formas resistentes.
A partir de 2007, el aislamiento de la nueva puerta de acceso a la cueva limitó la comunicación directa entre el exterior y el interior y, por tanto, también se interrumpió la entrada de aire caliente y húmedo que causa los procesos de condensación y corrosión.
El segundo cierre, situado en el interior, impide el movimiento de estas partículas en suspensión y, por tanto, la llegada de esporas y el aporte de nutrientes a zonas más profundas de la cavidad, incluida la Sala de Polícromos, y además el control de la vegetación externa ha conseguido disminuir los nutrientes que entran con el agua de infiltración.
Cesáreo Saiz-Jiménez ha incidido en que la apertura de la cueva al turismo supone el aporte de una "enorme" cantidad de materia orgánica, lo que produce un desequilibrio en las poblaciones microbianas indígenas, que son desplazadas del suelo y las paredes por otros microorganismos, más agresivos.
Esa mayor biodiversidad puede llegar a originar brotes "difíciles de controlar", ha precisado este investigador, y ha citado como ejemplo el caso de la cueva francesa de Lascaux.

Fuente: http://es.noticias.yahoo.com/cient%C3%ADficos-demuestran-presencia-humana-altera-cueva-altamira-204508449.html

viernes, 30 de septiembre de 2011

Descubren huellas humanas de 25,000 años de antigüedad


*** Especialistas del INAH descubrieron cinco improntas en la Sierra Tarahumara; cuatro pisadas corresponden a adultos y una a un infante
*** A decir de los expertos, las huellas son de gran relevancia para el estudio de los primeros hombres que poblaron el continente americano
Cinco huellas de pies humanos, cuya antigüedad se calcula entre 25,000 a 4,500 años, fueron descubiertas en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua. A decir de especialistas las improntas podrían corresponder a los primeros hombres que poblaron esa región que hoy se conoce como el norte de México.
Se trata de las primeras huellas humanas que se localizan en el estado de Chihuahua, y de verificarse su antigüedad, se sumarían a las pocas impresiones de primeros pobladores del continente americano que se conservan en México, particularmente en Cuatro Ciénegas, Coahuila, y en un rancho de Sonora.
Las pisadas corresponden a tres adultos y un niño que probablemente vivieron en las cuevas que se hallan en un paraje de la sierra, en el Valle de Ahuatos, a ocho kilómetros del poblado de Creel, en Chihuahua.
De acuerdo con los análisis morfoscópicos (forma), la huella 1, por su longitud de 26 centímetros, corresponde al pie derecho de un adulto de sexo masculino; en tanto que la 2 es del pie izquierdo de otro adulto, sin embargo por ser la menos definida se ha dificultado la identificación del sexo de la persona que la dejó. La pisada 3 es de un infante de 3 a 4 años de edad y corresponde al pie derecho con una longitud de 17 centímetros.
Las improntas 4 y 5 son de otro adulto y representan el único par que corresponde a la misma persona, mismas que se encontraron a dos metros de distancia de la huella 1; la pisada del pie izquierdo (huella 4) tiene una longitud de 23.7 centímetros, en tanto que el derecho (huella 5) mide 24.5 centímetros, una de las particularidades de estas dos pisadas es que tienen seis dedos, lo que puede deberse a una malformación.
El antropólogo José Concepción Jiménez dijo que el hallazgo de las huellas humanas se logró a partir de un correo que hizo llegar un habitante de Chihuahua, al Seminario del Hombre Temprano en México, para avisar de la existencia de huellas humanas antiguas, impresas en el Valle de Ahuatos, en el municipio de Bocoyna.
“Acudimos a realizar exploraciones de superficie para verificar la información y no encontrábamos las impresiones, costó mucho trabajo dar con ellas porque no es fácil su identificación.
“Después de varias búsquedas las encontramos en un arroyo que corre en la pendiente de un paraje de aproximadamente mil metros cuadrados. Las improntas se ubicaron en un área de aproximadamente dos metros dentro del riachuelo, en el cual el agua sólo fluye en temporada de lluvias, y el resto del año está seco”.         
El antropólogo señaló que con la finalidad de descartar o detectar la presencia de más pisadas humanas en lugares cercanos, se hicieron recorridos de superficie abarcando una extensión de 50 kilómetros.
No se encontraron más, pero en el área cercana a las huellas se descubrieron otras evidencias de ocupación humana en el valle, particularmente un área con rastros de campamentos primitivos, lo que ha dado pie para que la antropología advierta presencia humana desde épocas remotas como el Pleistoceno (12,000 años antes de nuestra era).
Asimismo, en los abrigos rocosos que circundan el valle, dentro de una extensión de 50 kilómetros, se encontraron cinco cuevas con vestigios, entre las que destacan tres que tienen en su interior pinturas rupestres sobrepuestas, las cuales, de acuerdo con la etnohistoriadora Gabriela Salas, del equipo de investigación, se ha determinado que fueron hechas en tres periodos: precerámico, prehispánico y colonial, lo que da constancia de una larga ocupación humana en el Valle de Ahuatos.
Las huellas, pinturas y materiales arqueológicos fueron localizadas por el antropólogo físico José Concepción Jiménez, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), quien informó que “estos descubrimientos son de gran relevancia para el estudio de los primeros pobladores en América, porque indican que en este paraje de la Sierra Tarahumara se asentaron algunos de los primeros grupos humanos que llegaron a esta parte del continente que hoy se conoce como Chihuahua”.
El coordinador del Proyecto El Hombre Temprano en México, de la Dirección de Antropología Física del INAH, dijo que tal hipótesis deriva de la existencia de un campamento primitivo, localizado a kilómetro y medio del riachuelo donde se descubrieron las huellas humanas.
Dicho sitio tiene una roca de más de  dos metros de altura con un bicelado en un costado y una cerca circular de piedras de menor tamaño —también con evidencias de haber sido trabajadas por el hombre—.
José Concepción Jiménez explicó que por lo que toca a las manifestaciones rupestres que hay en las cuevas, por la iconografía “claramente se pueden identificar las que corresponden a la época más remota o precerámica, que son aquellas plasmadas en colores rojo y amarillo con representaciones de líneas, círculos y grecas en zigzag, similares a otras localizadas en Cuatro Ciénegas, Coahuila, y que corresponden a grupos de los primeros pobladores del norte de México”.
En estas oquedades, añadió, también se encontraron restos de hollín producido por fogones y morteros, a modo de hoyos que se tallaron en las rocas, para moler alimentos.
El antropólogo físico del INAH abundó que en la entrada de las cuevas se identificó otra serie de hoyos de 25 centímetros de diámetro por 1.30 de profundidad, que pudieron servir para guardar comestibles; además de otros más pequeños cavados en círculo, que posiblemente se ocuparon para clavar postes de madera.
El especialista puntualizó que es necesario hacer estudios de laboratorio para fechar con exactitud las huellas humanas, pinturas y el resto de materiales arqueológicos encontrados, de modo que se tomaron muestras de sedimentos, tierra y pigmentos. Hasta el momento las posibles épocas en que fue ocupada esta región se ha calculado por analogía con vestigios encontrados en otros sitios de la región, y en el caso de la pintura a partir de su iconografía.
El antropólogo Jiménez advirtió que es muy difícil fechar hoyos y morteros porque las culturas de la sierra acostumbran reutilizar sus construcciones; se trata de grupos que en determinado momento se iban del lugar donde habitaban pero después regresaban.
“Es muy probable que los morteros los hayan hechos los primeros grupos humanos que poblaron el valle, ya que son similares a los encontrados en casi todo América, elaborados por grupos nómadas; es posible que épocas más tarde los tarahumaras los hallan reutilizado, incluso hasta la actualidad, porque en la sierra ocurre eso, de modo que es muy difícil decir con certeza qué grupo dio inicio a esta infraestructura primitiva y dar temporalidades.
“En tanto que los hoyos para clavar postes es más probable que los hicieran grupos tarahumaras prehispánicos. Se tendrán que hacer estudios in situ para definir el tipo de tecnología utilizada, es decir, cómo hicieron los socavones y demostrar con qué herramientas, para determinar a qué época corresponden”, concluyó.

Fuente: http://www.inah.gob.mx/index.php/boletines/16-antropologia/5259-descubren-huellas-humanas-de-25000-anos-de-antigueedad

jueves, 22 de septiembre de 2011

Restos hallados en Sillustani serían un importante entierro Colla


No hay duda que se trata de uno de los más importantes hallazgos de los últimos tiempos en nuestra región. Al pie de la famosa chullpa del lagarto, se encontró un entierro mucho más antiguo y valioso por lo que puede significar para nosotros, el encuentro con nuestro pasado Colla en un descubrimiento que nos dará más luces sobre sus costumbres y su forma de ver el mundo en su manera de ver la muerte.
Las excavaciones no dejan de sorprender a los arqueólogos. Los nueve restos humanos, acompañados de cerámica, alimentos, objetos metálicos, herramientas líticas y restos de animales encontrados en el complejo arqueológico de Sillustani corresponderían al entierro de alguna persona muy importante para los antiguos pobladores Colla, según lo aprecia el arqueólogoEduardo Arisaca, jefe del proyecto de restauración de Chullpas.
Hasta ahora, entre los 17 entierros descubiertos en el complejo arqueológico, nueve corresponden a restos humanos de los cuales cinco son de niños y cuatro de adultos, entre los cuales el más importante parece ser una persona mayor en posición fetal acompañada de las personas adultas, todos ellos ubicados al interior de una destrozada chullpa de la que solo queda la base. Al exterior de la chullpa se encuentran los restos de los niños presumiblemente ofrendados.
Sobre los restos de los niños se encuentran las cerámicas que fueron rotas sobre sus cuerpos, lo que para el arqueólogo Arisaca, refuerza elsupuesto que fueron sacrificados. El resto de los entierros corresponde a perros y cuyes, muy importantes para los enterradores porque, según la creencia andina, acompañan a los muertos en su tránsito a la otra vida.
También fueron encontrados restos de papas secas y cañihua las cuales según la creencia antigua eran para que los muertos se alimenten en su paso al más allá. Las herramientas líticas encontradas pueden ser una importante pista para saber lo que fueron en vida y la importancia que tuvieron los enterrados para su comunidad.
La ubicación del hallazgo indica que se trata de alguien muy importante para los antiguos pobladores Colla, pues el entierro se encuentra prácticamente al pie de la famosa chullpa del lagarto, es decir, en uno de los lugares más importantes de Sillustaniel cual fue un antiguo centro espiritual para el mundo andino mucho antes que aparezcan los Incas.
La antigüedad del entierro se puede datar entre los 1100 y los 1400 años después de cristo, correspondientes al periodo intermedio tardío dentro del cual se desarrolló la cultura Colla, mucho antes que ellevantamientode las grandes Chullpas. Para el arqueólogo Eduardo Arisaca, la construcción de la chullpa del lagarto habría afectado el entierro colla de la que sólo hallamos la base de una destruida chullpa sin embargo el entierro se encuentra intacto, libre de saqueo y otra alteración.
Las excavaciones se vienen realizando en 5 chullpas desde inicios de agosto en distintos puntos del complejo arqueológico de Sillustani y se realizarán hasta fines de diciembre por lo que los se esperan encontrar más restos arqueológicos. Actualmente los restos hallados vienen siendo fotografiados, dibujados y registrados para después ser enviados a trabajo de gabinete en donde se concluirá el trabajo científico que sacará a la luz la verdad sobre los hallazgos.
Trabajos de restauración.
El entierro fue hallado en medio de los trabajos de restauración y puesta en valor de diez chullpas de las 102 que se encuentran en el complejo arqueológico.Eduardo Arisaca informó que esta es la primera vez que se hace una acción de este tipo y que en realidad el total de las chullpas necesitan ser mantenidas.
Los trabajos de mantenimiento incluyen la excavación gracias a lo cual se pudo encontrar los restos Collas. El mantenimiento incluye, prácticamente desarmar algunas chullpas y volverlas a armar, eso sí, siempre respetando la forma original y los métodos de los antiguos arquitectos andinos. La obra también incluye el mantenimiento de los caminos para los visitantes y la mejora de la infraestructura del complejo.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Hallan en Sudáfrica al posible "eslabón perdido" prehumano

Esta imagen distribuida por la revista Science muestra a Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica, con el cráneo del Australopithecus sediba, posible eslabón perdido anterior al género de los seres humanos modernos (AP Foto/Courtesy of Lee Berger and the University of Witwatersrand)

WASHINGTON (AP) Huesos de hace dos millones de años hallado en Sudáfrica de una criatura con características simiescas y humanas podría pertenecer a la forma en transición que antecedió a los seres humanos modernos.
Un análisis de los huesos sugiere que el Australopithecus sediba es el principal candidato a ser el antepasado de los humanos, afirmó el investigador principal Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica.
Los fósiles, de un niño varón y una mujer, muestran una novedosa combinación de rasgos, como si la naturaleza hubiera estado experimentando. Algunos de ellos sugieren que se trata de criaturas prehumanas, y otros, del género Homo, que incluye al Homo sapiens, el ser humano moderno.
"Es como si se hubiese tomado una instantánea de la evolución", comentó Richard Potts, director del programa de orígenes humanos en el Instituto Smithsonian, que no participó en la investigación dirigida por científicos sudafricanos. El informe aparece el jueves en la edición electrónica de la revista Science.
Desde hace tiempo, los expertos consideraban la familia Australopithecus -que incluye el famoso fósil Lucy- como candidata a antepasado de los humanos. La nueva investigación establece la existencia de una criatura que combina características de ambos grupos.
Los huesos fueron hallados en el 2008 en Malapa, cerca de Johanesburgo, un sitio rico en fósiles. Matthew, el hijo de Berger que entonces tenía nueve años, halló un hueso que se determinó pertenecía al niño. Dos semanas después, Berger descubrió los huesos de la mujer.
La revista publica cinco informes sobre las conclusiones, incluso informes separados sobre pie, mano, pelvis y cerebro del A. sediba.
Berger dijo que el cerebro, la mano y el pie presentan características de formas humanas modernas y prehumanas que indican una transición en curso.
Kristian Carlson, también de Witwatersrand, dijo que el cerebro de A. sediba es pequeño, como el de un chimpancé, pero con una configuración más humana, particularmente con una expansión detrás y encima de los ojos.
Esto parece demostrar que el cerebro se estaba reorganizando antes de empezar su expansión a su tamaño actual, afirmó Carlson en una teleconferencia.
"Aunque requerirá mucho estudio de los informes y de los fósiles por más investigadores en los próximos meses y años, estos análisis bien podrían sentar precedente para comprender la evolución humana", según Potts.
¿Significa entonces que A. sediba es el eslabón perdido, una frase que no les agrada a los científicos? Berger dijo que el ejemplar es un buen candidato para representar la evolución de los seres humanos, aunque el ejemplo definitivo del Homo es de 150.000 a 200.000 años anterior.
Los científicos prefieren los términos "forma de transición" o "forma intermedia", precisó Darryl DeRuiter, de la Universidad A&M de Texas.
"Esto es lo que pronostica la teoría evolutiva, esta mezcla de Australopitecino y Homo", dijo DeRuiter. "Es una firme confirmación de la teoría evolutiva".
Pero todavía no es un ejemplo del género Homo, aclaró, aunque pudo haber conducido a varias formas humanas tempranas como Homo habilis, Homo rudolfensis u Homo erectus, considerados primos distantes del ser humano moderno.
Estos artículos "obligan a reconsiderar de qué modo los rasgos se combinan en la evolución humana", dijo Potts en un correo electrónico desde Kenia, donde efectúa investigaciones.
"Por ejemplo, en definiciones previas de nuestro género, la característica central en el surgimiento del Homo ha sido el agrandamiento del cerebro", notó. "Pero los huesos de sediba indican, sin embargo, que la reorganización del cerebro y la pelvis típicamente conectados con la evolución del Homo no implicaban necesariamente el agrandamiento del cerebro".

Fuente: http://es-us.noticias.yahoo.com/hallan-sud%C3%A1frica-eslab%C3%B3n-perdido-prehumano-130744398.html

viernes, 2 de septiembre de 2011

Descubren una pala de neandertal de hace 56.000 años


Réplica de la pequeña pala junto a la huella encontrada en Abric Romaní.|IPHES

Nunca hasta ahora se había encontrado algo similar en un yacimiento de neandertales ni de humanos modernos del Paleolítico. Se trata de un utensilio de madera con forma de pequeña pala que fue usada por los neandertales que hace 56.000 años habitaron en el Abric Romaní, un yacimiento del municipio catalán de Capellanes.
Los paleontólogos del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) han encontrado el lugar en el que estuvo esta pequeña pala con mango porque en el suelo del nivel 'P 'quedó impresa su huella, así como restos de la madera carbonizada de la que estaba hecha, que podía ser de pino o de sabina, los árboles que había alrededor.
El artefacto medía en su parte más ancha 15 centímetros de largo por ocho de ancho, con una forma triangular, terminada en punta; y en el mango tiene otros 17 centímetros de largo por cuatro de ancho. Los restos que quedan están carbonizados, lo que indicaría que la habían tirado al fuego que había en la cueva cuando estaba ya medio apagado, por lo que no se quemó. Posteriormente, quedó cubierta por agua y musgos que impidieron su destrucción hasta que la huella quedó impresa en el terreno.
Pieza como las del Neolítico
Eudald Carbonell, director de las excavaciones, reconoce a ELMUNDO.es que se quedó "de piedra" cuando observó el enclave y la reconstrucción que hizo un miembro de su equipo. "No hay nada similar en el mundo con esa forma y aquella época, ni construido por neandertales ni por humanos modernos, tampoco he encontrado una herramienta similar entre los cazadores y recolectores actuales. Hasta el Neolítico no hay piezas similares", apunta en investigador.
Por el contexto en el que se encuentra se sabe que entonces ocupaban el abrigo un grupo de cazadores y recolectores neandertales que cazaban para comer cérvidos, caballos y bóvidos que solían asar en las hogueras. Incluso hay unos objetos de madera que podrían haberse utilizado comobandejas. También se han hallado lanzas y porras de madera.
En cuanto a microfauna, se han documentado especies relacionadas con ambientes acuáticos, como la rata de agua, y otras propias de entornos más húmedos que los actuales de la zona, como las musarañas de dientes rojos.
Los 30 años de excavaciones en Abric Romaní, con unas excepcionales condiciones de sedimentación, han servido para documentar actividades humanas que hasta ahora sólo se atribuían a los 'sapiens', sobre todo en cuanto a organización de sus alojamientos, de la que se ha podido deducir una complejidad social mayor de la que se creía.

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/08/23/ciencia/1314118005.html