viernes, 28 de octubre de 2011

Teotihuacan fue construido con patrón numérico



En la ponencia del arqueólogo japonés Saburo Sugiyama, en la V Mesa Redonda de Teotihuacán, se explicó que la medida más utilizada en la antigua arquitectura teotihuacana, es de 83 centímetros, particularmente en las pirámides del Sol, la Luna y de Quetzalcóatl.
Sugiyama, investigador de la Universidad Estatal de Aichi, Japón, precisó que la posible medida longitudinal utilizada por los antiguos arquitectos de Teotihuacán, corresponde a "una base numérica compuesta por 83 centímetros, porque es la cantidad que, multiplicada por 4 o múltiplos de 4, se repite constantemente en las medidas de las edificaciones del sitio prehispánico".
Se informó en un comunicado que en el foro académico organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), también participó el arqueólogo mexicano Eduardo Matos, con una ponencia sobre las semejanzas arquitectónicas y de cosmovisión entre las culturas Mexica y Teotihuacana.
En este encuentro, que se realiza desde el 23 de octubre y concluirá este 28, el científico japonés extendió su exposición al dar ejemplos con respecto a las medidas de las construcciones teotihuacanas.
Entre éstas dio a conocer las medidas de la alfarda, escalera y distancia entre las esculturas de cabezas de serpientes de la pirámide de Quetzalcóatl.
"La alfarda mide 1.66 metros de longitud lo que corresponde al doble de la unidad que sugiero (83 centímetros) ; lo mismo pasa con la distancia entre las cabezas de serpiente que es cuatro veces la unidad (3.32 metros) , o con el largo de la escalera que es de 13.2 metros, lo que equivale a 16 veces la unidad".
Mientras dictaba la conferencia "Cosmograma y política plasmada en la planificación urbana de Teotihuacán", Sugiyama, habló sobre el simbolismo de la Pirámide de la Luna, planteado a partir de los avances de investigación de entierros humanos y ofrendas halladas durante el proyecto de excavación de 1998 a 2004, encabezado por él.
En este sentido comentó que dichos contextos funerarios son muestra de la importancia de la pirámide como templo sagrado, en el que se hicieron ceremonias vinculadas con los movimientos celestes, la dualidad fuego-agua y el renacimiento del día.
El investigador explicó que al realizar las excavaciones en la pirámide, se halló evidencias de superestructuras y sistemas constructivos, de los cuales determinaron la existencia de siete niveles, con antiguedad, que va de 100 a 400 d. de C.
Añadió que asociados a los niveles se descubrieron entierros, de los cuales sólo describió dos, denominados el V y el VI, ya que fueron los que presentaron mayor cantidad de elementos.
En el V entierro se descubrieron tres osamentas humanas en posición de flor de loto (común entre personas de linaje) , cuyos individuos seguramente fueron ofrecidos para llevar a cabo la ampliación constructiva de la pirámide de la Luna.
"Dichos esqueletos, continuó Sugiyama, portaban collares y pendientes de piedra verde, con diseños de lo que parecerían cuerdas amarradas, que para la zona maya eran figuras ornamentales relacionadas con la élite o la autoridad, lo que nos sugiere algún tipo de relación entre mayas y teotihuacanos".
Además, en los entierros descubiertos y con el mismo contexto funerario, se encontraron un disco de pirita y dos esculturas antropomorfas, una de obsidiana y otra de piedra verde, de la cuales, según piensan los expertos, una estaba parada sobre el disco, haciendo alusión a imágenes de murales teotihuacanos en los que se observa un disco del cual emerge una figura humana.
De acuerdo a interpretaciones de investigadores del INAH, puede significar la salida del sol del inframundo para comenzar un nuevo día.
Por su parte, el investigador emérito del INAH, Eduardo Matos, al dictar su conferencia "El centro del universo en Teotihuacán y Tenochtitlan: afinidades y divergencias", señaló que si bien estuvieron alejadas en el tiempo, hubo algunos aspectos ideológicos y arquitectónicos que las unieron.
Así destacó el aspecto fundacional de estas dos civilizaciones, mediante la presencia de una montaña sagrada y principal, representada con la Pirámide del Sol y el Templo Mayor, ambas orientadas hacia el poniente y, asociadas simbólicamente con la dualidad vida-muerte.
Para cerrar su ponencia, concluyó con la explicación de los actos rituales de ambas civilizaciones, que para el caso de Teotihuacán, si bien no existen testimonios escritos, sí se ha encontrado evidencia arqueológica que lo confirma, como entierros con esqueletos humanos, con huellas de sacrificio y ricas ofrendas.
Mientras que en Tenochtitlan se sabe por el "Códice Florentino" y crónicas del siglo XVI, de la existencia de dos ceremonias conocidas como "panquetzaliztli" y "hueytozoztli", dedicadas al dios de la guerra Huitzilopochtli, y a Tláloc, deidad del agua, en las cuales se presume hubo ofrecimiento de sacrificios humanos.

Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/notas/804252.html

viernes, 21 de octubre de 2011

Descubren herramientas de 9.000 años de antigüedad



Investigadores del INAH hallaron cientos de artefactos rudimentarios hechos por el hombre durante la época del Holoceno Temprano (11,000 a 8,000 años).
Los objetos que prueban la migración humana a América por vía costera, fueron encontrados en un sitio denominado El Coyote, ubicado en la región del Cabo, en BCS.

En la región del Cabo, en Baja California Sur, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) localizaron un sitio con cientos de herramientas rudimentarias hechas por el hombre a finales de la época del Holoceno Temprano (11,000 a 8,000 años). El descubrimiento de estos objetos, que tienen una antigüedad de 9,000 años, refuerza la hipótesis acerca de la migración vía costera de los primeros pobladores del continente americano.
El hallazgo se registró en un sitio que los arqueólogos denominaron El Coyote, el cual se suma a otros similares en la región, que en conjunto plantean que el hombre se desplazó por la costa y llegó a lo que hoy es la península de Baja California, durante los últimos años de dicha era geológica.
Los avances de este estudio realizada en ese lugar desde hace tres años, fueron dados a conocer por los arqueólogos del INAH Isaac Aquino, director de la investigación; y Leticia Barajas, jefa de campo, quienes afirman que por la extensión de El Coyote, la cantidad de artefactos que ahí se conservan y la continuidad cronológica que ofrecen, su estudio y análisis “apoyará de manera sustancial los antecedentes de ocupaciones humanas tempranas y tardías en la península”, que diversos investigadores de la región han venido planteando tiempo atrás.
A partir de análisis de los materiales arqueológicos hallados, los especialistas identificaron una tecnología en el proceso de elaboración y aplicación de las herramientas de piedra y concha, igual a la que se ha encontrado en otros sitios de la región de El Cabo, y que tienen la misma temporalidad, entre los que destaca la Isla de Espíritu Santo, por lo que proponen que se trata del mismo grupo cultural aún no identificado, que bajó por la costa del Golfo de California desde la parte norte de la península hacia el sur, hasta incursionar en islas y ocupar una porción de esa región.
El Coyote abarca alrededor de cien hectáreas, localizadas en la zona costera del Golfo de California o Mar de Cortés, en las cuales se encontraron cientos de herramientas de piedra, conchas y caracoles con huellas de haber sido manipuladas por el humano, como la almeja (Chama buddiana) —cuya dureza sólo permite abrirla al fuego—, de la cual se hallaron ejemplares quemados; restos de animales marinos y terrestres que fueron consumidos, además de artefactos de pesca, de los que destacan tres anzuelos elaborados con conchas de madre perla (Pinctada mazatlánica).
Los milenarios objetos se encontraron en diversos puntos que los arqueólogos conocen como campamentos, algunos a cielo abierto (sin techo) y otros en el interior de cuevas; así como en espacios que eran ocupados como talleres primitivos para fabricar herramientas de piedra y concheros (áreas de desechos y consumo de moluscos), mismos que indican el desarrollo de distintas actividades relacionadas entre sí, como la extracción de riolita (roca) y la fabricación de herramientas para la obtención de recursos terrestres y marinos.
Los materiales descubiertos también indican que los antecesores de los bajacalifornianos ya navegaban para esa época remota, mediante algún tipo de balsa sencilla, con la cual se desplazaba mar adentro para después sumergirse a distintas profundidades, toda vez que los restos de algunas de las especies marinas encontradas sólo se pueden obtener por medio de buceo.
Los análisis de laboratorio practicados a muestras de materiales arqueológicos recolectados revelan presencia humana en esa región desde hace 9,000 años y hasta el siglo XVI. Para el estudio de los materiales fechados, los investigadores del INAH los agruparon en dos periodos históricos: el primer grupo data del periodo Holoceno Temprano o Proto Desierto (11,000 a 8,000 años); y el segundo va de por lo menos del Holoceno Tardío (2,700 años) hasta la llegada de los primeros expedicionarios españoles a la península de Baja California en el siglo XVI.
Debido al distanciamiento de tiempo entre los dos periodos señalados, los arqueólogos refieren que debió existir otra época intermedia durante la cual se conformaron las modificaciones tecnológicas necesarias para la caza de animales terrestres, pero hasta el momento no se han encontrado suficientes evidencias materiales en la región.
Isaac Aquino y Leticia Barajas detallaron que del periodo más antiguo descubrieron cientos de conchas de la especie Dosinia ponderosa, que fueron usadas por hombres primitivos como herramientas; se trata de un objeto recurrente en todos los puntos excavados, por lo cual estiman que dicho molusco fue de suma importancia para estos primeros pobladores.
Junto con las conchas se descubrió gran cantidad de herramientas de piedra para corte y desgaste (tajadores, percutores, cepillos, raspadores y cuchillos) cuya antigüedad es de 8,600 y 9,300 años, y fueron empleadas para trabajar fibras vegetales y madera, así como para abrir conchas y consumir moluscos.
Asimismo, descubrieron gran cantidad de conchas de madre perla (Pinctada mazatlánica), algunas cortadas y pulidas; y tres anzuelos elaborados con este material — iguales a otros hallados por la arqueóloga Harumi Fujita en la Covacha Babisuri, en la Isla Espíritu Santo, fechados para los periodos Holoceno Temprano (11,000-8,000 años) y Holoceno Tardío (2,000-300)—, con lo que Barajas y Aquino corroboran que la elaboración de estos artefactos para pescar en lo que hoy es la península de Baja California, data de hace 8,000 años.
En lo que respecta al segundo lapso histórico, el periodo Holoceno Tardío (2,000 a 300 años), la mayor parte de utensilios fechados corresponde a diferentes tipos de artefactos bifaciales (instrumento de piedra tallado en sus dos caras); para esta época los especialistas observan un incremento en la manufactura tanto de estos utensilios, como de cuchillos y puntas de proyectil.
“El tipo de herramientas del periodo Holoceno Tardío también revela el grado de organización laboral alcanzado por los primeros habitantes de la península de Baja California, que les permitió montar entrampados para la caza de especies más difíciles de atrapar, como el delfín azul (Stenella coeruleoalba) —del cual se encontraron algunos huesos en los contextos arqueológicos de menor antigüedad— y cuya captura marcó un cambio gradual en la explotación de especies marinas, mediante una organización de mayor complejidad”.
Hasta el momento los especialistas del INAH han identificado 51 especies de fauna marina en los puntos explorados en El Coyote, representadas en bivalvos (moluscos con caparazones de dos conchas, como la almeja) y caracoles, además de vértebras de pescado y huesos de mamíferos, como el delfín y el lobo marino, así como restos óseos de fauna terrestre, como el venado, la liebre y diversos tipos de aves.
A decir de los arqueólogos, El Coyote pudo haber sido hace 9,000 años el centro de producción de herramientas de piedra para pesca, caza y consumo de alimentos, el más grande de toda la península de Baja California Sur; “aproximadamente en sus 100 hectáreas, cada 5 o 10 metros se encuentran evidencias de que el hombre trabajó la piedra durante el Holoceno”.
Finalmente, los especialistas señalaron que hasta el momento no se han encontrado esqueletos humanos por lo que es imposible saber a qué grupo étnico pertenecían los habitantes de El Coyote; sin embargo el arqueólogo Isaac Aquino explica que cuando llegaron los primeros exploradores españoles al Cabo, en el siglo XVI, esa región estaba habitada por el grupo pericué, etnia extinta actualmente.

viernes, 14 de octubre de 2011

Descubren un perro prehistórico con un hueso de mamut en la boca


perro

Un equipo de investigadores ha descubierto los restos fósiles de tres perros del Paleolítico, uno de ellos con un hueso de mamut en la boca, que pudieron ser enterrados siguiendo un ritual típico de la época.
Los fósiles han sido descubiertos en la región de Predmostí, en la República Checa, según recoge la publicación Journal of Archaelogical Science.
Los científicos consideran que los tres animales fueron enterrados siguiendo un ritual y que un humano pudo colocar el hueso de mamut en la boca de uno de estos perros para que “estuviera alimentado y acompañara su alma y la de su dueño en su viaje después de la muerte”.
Además, una vez fallecidos, los humanos retiraron el cerebro del cráneo de los perros, lo que puede implicar -según estos rituales- un significado asociado con la liberación de su espíritu.
Muchos pueblos indígenas de estas regiones europeas consideraban que la cabeza y el cerebro contenían el espíritu o el alma, así, los humanos hicieron un agujero en el cráneo del animal muerto para que el espíritu pudiera ser libre.
Otro de los aspectos que ha llamado la atención de los investigadores es que “los cráneos muestran signos claros de domesticación”, asegura Mietje Germonpré, paleontóloga del Instituto Belga de Ciencias Naturales, en declaraciones recogidas por Discovery News.
Según la investigadora, los cráneos de estos ejemplares son significativamente más bajos que los de los fósiles que se han encontrado de lobos o de especies modernas de esta especie, e incluso poseen una estructura más ancha y un paladar diferente al de estos animales.
Bestias de carga
Los paleontólgos han señalado que eran animales grandes, que pesaban alrededor de 35 kilos, por lo que eran utilizados como bestias de carga para ayudar a los humanos en el transporte de huesos, carne o leña.
Sus cráneos, explica Germonpré, “son similares al de un Husky siberiano, aunque más grandes y pesados que los ejemplares que conocemos actualmente”.
El estudio, explican los investigadores, es “muy convincente”, y demuestra “claramente que el proceso de domesticación de los perros se llevó a cabo miles de años antes de lo previsto“, considera Rob Losey, otro de los paleontólogos que ha participado en la investigación.

Fuente: http://arqueologiaaldia.com/descubren-un-perro-prehistorico-con-un-hueso-de-mamut-en-la-boca/

viernes, 7 de octubre de 2011

Científicos demuestran que la presencia humana altera la Cueva de Altamira


Detalle de una parte de los bisontes que decoran el techo más conocido de las cuevas de Altamira (Santillana del Mar). EFE/Archivo

Madrid, 6 oct (EFE).- Un equipo multidisciplinar de científicos ha demostrado que la presencia del hombre en la Cueva de Altamira produce una alteración de varios indicadores ambientales, entre ellos un aumento de las partículas en suspensión, de la oscilación de la temperatura, de la humedad y también una mayor concentración de dióxido de carbono.
Las conclusiones del estudio, coordinado por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Sergio Sánchez-Moral, aparecen publicadas en el último número de la revista Science.
En él ha participado también el profesor de investigación Cesáreo Saiz-Jiménez, adscrito al Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (CSIC), quien ha señalado a EFE que las investigaciones "indican la necesidad de conservar la cueva manteniéndola cerrada a las visitas".
Saiz-Jiménez ha precisado que los visitantes aumentan la temperatura del aire de la cueva y propician además que se establezcan corrientes de aire, favorecidas también por la apertura de las puertas de acceso.
Los científicos han logrado catalogar la diversidad microbiana de la cueva, y sus estudios, que comenzaron en el año 1995, han permitido elaborar además un mapa de su distribución en la cavidad.
El trabajo se ha realizado con cinco estaciones de monitorización para conocer el microclima de cada una de las zonas de la cueva, y ha permitido identificar las diferentes colonias microbianas, ha informado el CSIC.
Ubicada en la localidad cántabra de Santillana del Mar, la de Altamira es una cueva natural en la roca en la que se conservan pinturas y grabados del Paleolítico Superior, de los periodos Magdaleniense, Solutrense y Gravetiense.
Contiene pinturas polícromas, grabados, pinturas negras, rojas y ocres que representan animales, figuras antropomorfas y dibujos abstractos, pero en la actualidad se encuentra cerrada al público y sólo acceden a ella los investigadores.
Las zonas monitorizadas con más detalle en el interior, según los datos facilitados por el CSIC, fueron: la Sala de Entrada, el Cruce, la Sala de los Polícromos, la Sala de los Muros, la Sala de la Hoya y la Sala del Pozo.
"La presencia del ser humano en la cueva se traduce en un incremento sustancial de las partículas en suspensión, la oscilación de la temperatura, la humedad y la concentración de dióxido de carbono, así como en cambios en el régimen de circulación del aire en el interior", ha explicado el científico Sánchez-Moral.
El desplazamiento de aire se produce a lo largo de toda la cueva y la presencia del hombre favorece el progreso de la masa de aire con micropartículas de agua hacia el interior (agua, polvo, bacterias o esporas de hongos), y con ello el desarrollo de los fenómenos de condensación sobre la roca y la dispersión de los microorganismos hacia el interior.
Los investigadores han comprobado que el incremento de la temperatura del aire en la Sala de Polícromos, y especialmente el fuerte ascenso térmico provocado en su techo por la entrada y por la permanencia de visitantes, disminuye su densidad y favorece la movilización del aire del interior de la sala.
En 2002, ha recordado el CSIC, el equipo de investigación identificó unas manchas verdes en la zona de la Sala de Polícromos que corresponden a microorganismos fotótrofos, similares a las que aparecieron en la cueva francesa de Lascaux.
Esos microorganismos, que emplean la luz como fuente de energía, persisten a día de hoy, pero en zonas muy reducidas, ya que resisten mucho tiempo a pesar de no recibir luz directa.
Los científicos han comprobado que la suspensión de la iluminación artificial de los últimos años ha favorecido la disminución de esos microorganismos, y por lo tanto hay ahora menos manchas verdes en la sala de Polícromos, pero aún quedan restos como formas resistentes.
A partir de 2007, el aislamiento de la nueva puerta de acceso a la cueva limitó la comunicación directa entre el exterior y el interior y, por tanto, también se interrumpió la entrada de aire caliente y húmedo que causa los procesos de condensación y corrosión.
El segundo cierre, situado en el interior, impide el movimiento de estas partículas en suspensión y, por tanto, la llegada de esporas y el aporte de nutrientes a zonas más profundas de la cavidad, incluida la Sala de Polícromos, y además el control de la vegetación externa ha conseguido disminuir los nutrientes que entran con el agua de infiltración.
Cesáreo Saiz-Jiménez ha incidido en que la apertura de la cueva al turismo supone el aporte de una "enorme" cantidad de materia orgánica, lo que produce un desequilibrio en las poblaciones microbianas indígenas, que son desplazadas del suelo y las paredes por otros microorganismos, más agresivos.
Esa mayor biodiversidad puede llegar a originar brotes "difíciles de controlar", ha precisado este investigador, y ha citado como ejemplo el caso de la cueva francesa de Lascaux.

Fuente: http://es.noticias.yahoo.com/cient%C3%ADficos-demuestran-presencia-humana-altera-cueva-altamira-204508449.html