miércoles, 7 de noviembre de 2012

Hallan huella de rito prehispánico por eclipse

Sitio arqueológico Pañhú

Durante las excavaciones en Pañhú, zona arqueológica que abrirá en próximas fechas al público en el municipio hidalguense de Tecozautla, arqueólogos registraron un piso de estuco quemado, evidencia de que su pirámide principal fue desacralizada hace aproximadamente 1,350 años, en coincidencia con un evento astronómico que para sus habitantes avizoraba un cataclismo.
El arqueólogo Fernando López Aguilar, director del proyecto de investigación impulsado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) en este sitio -ubicado a 20 minutos de Huichapa-, informó que se tiene conocimiento que hacia el año 650 d.C., en el amanecer del 3 de agosto, el Sol apareció eclipsado.
“Esto conmocionó no solo a los habitantes de Teotihuacan, que era la gran urbe de ese tiempo, sino también a los residentes de Pañhú, pues por la latitud también debió observarse en este lugar.
“Para estas antiguas sociedades, el eclipse debió representar una catástrofe, y realizaban sacrificios con el propósito de ‘mantener vivo’ al astro, pues para ellos el sol negro o del inframundo se había impuesto al sol dador de vida. Ese evento generó un abandono paulatino en la zona de Teotihuacan, y aquí (en Pañhú) también tuvo sus implicaciones”, explicó el investigador.
Este fenómeno, dijo López Aguilar, fue tomado como el presagio del fin de un ciclo, y en Pañhú se procedió a desacralizar la pirámide principal -al norte, sobre el borde de la mesa donde se ubica el sitio- realizando una gran excavación para extraer las ofrendas del dios tutelar, muy probablemente el Dios del Fuego Viejo, también conocido como Huehuetéotl, Xiuhtecuhtli u Otontecuhtli, éste último como le conocen los otomíes.
“Después arrasaron el templo que se hallaba en la parte superior de la pirámide y los escombros arrojados al interior. A partir de ese momento comenzaron a realizarse sacrificios humanos, a manera de ofrendas de renovación, ya que durante las excavaciones sobre el suelo de esta estructura localizamos restos muy fragmentados de cráneos, así como púas de maguey que posiblemente usaron los sacerdotes para autosacrificio”, abundó el arqueólogo.
Fernando López Aguilar indicó que además dicho piso estucado se encontró quemado, evidencia de que la pirámide principal fue desacralizada. “Posiblemente sobre este piso -que se mantuvo tras derrumbar el templo que había en la cima- se efectuaban ritos de renovación que implicaban la quema de materiales, aunque también pudo usarse para otro tipo de rituales antes de la destrucción del edificio”.
La pirámide que fue desacralizada y debió funcionar entre 400 y 650 d.C., tiene una arquitectura especial que en ciertos elementos puede recordar, por ejemplo, al llamado “talud escapulario” de Monte Albán, en Oaxaca. También presenta paneles con remetimientos vinculados con el glifo E, que simboliza al número 3 y al fuego.
El templo que fue tirado debió estar delimitado “por anchos muros de adobe que al exterior mostraban un pequeño talud, existían en el interior dos salas separadas por un muro en dirección este-oeste, y con pórticos hacia los lados norte y sur con un vano separado por dos columnas”, detalló Fernando López.
Sobre lo que quedó de dicha edificación del 400-650 d.C., se levantó otra de estilo muy distinto, acorde con la arquitectura del denominado periodo Epiclásico (650-900 d.C.) para la región de Huichapan, donde se distribuyen otros asentamientos de la Tradición Xajay, entre ellos Pañhú, caracterizados por hallarse encima de mesetas y mantener extensas redes de vinculación económica, como lo confirma el hallazgo de turquesa proveniente de Nuevo México, jadeíta del Valle de Motagua (Guatemala) y conchas procedentes del Golfo.
Además esta área, de acuerdo con el arqueólogo, también fue el escenario de la creación de uno de los mitos más importantes de Mesoamérica, la del Cerro Coatepec o de la Serpiente, donde el dios Huitzilopochtli venció a sus hermanos, los Centzohuiznahua y Coyolxauhqui.
“En el territorio que va del Cerro del Águila, próximo a Pañhú, al Cerro del Astillero (hacia el sureste, e identificado como el mítico Coatepec), se desarrolló este conflicto que en tiempos prehispánicos daría a este región el nombre de ´Teotlalpan’, ‘La tierra de los dioses’, y que hoy es el área del Mezquital.”
“Hacia el año 900-950 d.C., Pañhú y otros sitios de la Tradición Xajay se abandonan y a la región arriban grupos provenientes del norte, de lugares como Zacatecas, Nayarit… hablantes de náhuatl”.
El equipo del Proyecto Arqueológico Pañhú infiere que la visión de que el otomí fue un grupo que poco aportó a la cultura mesoamericana “solamente pudo ser dada por la cultura dominante: la mexica, aunque los pueblos hablantes de otomí que habitaron aquí, probablemente desde el año 400 d.C., ya tenían una identificación con estos lugares sagrados (los cerros del Águila y el Coatepec, entre otros) y ocultaron sus prácticas y saberes”.
Ejemplo de lo anterior es la lengua otomí conocida como Boxaxni, que si bien se usa para asignar un lugar donde abunda la planta conocida como Uña de gato, para ellos tiene la acepción de “Lengua sagrada”. En esta habla, las palabras tienen un significado común, y otro oculto.
En la Zona Arqueológica de Pañhú además de la pirámide principal o Edificio del Sol poniente, el visitante también podrá apreciar el Tecpan o Edificio del Sol Naciente, y una estructura con altar, que precede a la plaza central. Todos fueron restaurados con materiales propios de la región y protegidos con adobe y mucílago de nopal, que actúan como capa de sacrificio (recubrimiento) para no dañar los elementos originales.
Después de los trabajos arqueológicos efectuados en los años 80, cuando se hizo una exploración preliminar de las estructuras de Pañhú, por parte del Proyecto Valle del Mezquital del la ENAH, y tras un lustro de labores ininterrumpidas (2007-2012), esta zona arqueológica se alista para su apertura. El sitio tendrá una sala interpretativa que funcionará con un aerogenerador y una celda solar, fuentes de energía autosustentable.
Próximamente también se dispondrá la señalización y las cédulas informativas. La aportación principal para el Proyecto Pañhú ha procedido en los últimos años de los recursos del Fondo Nacional Arqueológico; en materia de investigación, entre 2011 y 2012, se destinaron alrededor de dos millones y medio de pesos.

Fuente: http://www.inah.gob.mx/index.php/boletines/14-hallazgos/6187-hallan-huella-de-rito-prehispanico-por-eclipse

jueves, 1 de noviembre de 2012

Los humanos seguimos evolucionando


Una de la preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez es si la evolución sigue operando sobre nosotros como especie. Hay quien sospecha que los avances tecnológicos están acabando con el proceso de selección natural.
Un ejemplo que lo explique: si en la edad de las cavernas nacías con una fuerte miopía, era bastante probable que no consiguieras huir a tiempo de los depredadores, por lo que tus genes tenían poca probabilidad de transferirse a una nueva generación. Hoy en día, las lentes y la ausencia de depredadores hacen mucho más probable que tus genes se perpetúen, alterando el funcionamiento de la selección natural.
¿Pero entonces se ha detenido la evolución o no?
En un estudio reciente, en el que se investigó un asentamiento humano ubicado en una pequeña isla canadiense llamada île aux Coudres, científicos de la Universidad de Quebec han intentado dar respuesta a esta pregunta analizando a una población con unas características ralmente interesantes: desciende de 30 familias que se asentaron en la isla entre 1720 y 1773 y prácticamente no se han mezclado con el exterior, de ahí que todos sus datos históricos desde los años 1799 hasta 1940 permanecen recogidos con exactitud en los registros de la iglesia local. Todo está allí, incluyendo bodas, nacimientos y muertes. Los científicos han podido así crear extensos árboles genealógicos de las familias allí establecidas.
Además, la ausencia de métodos de control hizo que las agrupaciones en esta isla terminaran siendo muy grandes, y al no verse afectada la fertilidad por influencias externas, cada pareja tenía una gran probabilidad de alcanzar su punto álgido. ¡Todo un sueño para los estudiosos de la evolución!
Examinando todo ese material los investigadores han llegado a la conclusión de que, efectivamente, la evolución sigue su curso, publicando los resultados en Proceedings of the National Academy of Science. A la luz de los datos, los investigadores contemplan que a lo largo del plazo temporal estudiado, la edad a la que las mujeres tenían su primer se había reducido de los 26 a los 22 años. Los científicos afirman que la razón podría responder a los cambios genéticos causados por la selección natural.
La selección natural prioriza una edad temprana para la primera reproducción. Esta edad puede ser heredada y está genéticamente relacionada con el estado físico y el incremento de la familia como una forma de asegurar el legado. Además puede predecir un cambio en la evolución ya que la propensión a tener hijos a una menor edad es resultado de las características genéticas heredadas.
Hay que reseñar que los investigadores no buscaron los genes que habían podido cambiar a lo largo del tiempo. En lugar de eso, se limitaron a sugerir posibles razones para el cambio observado, entre la cuales citan diferencias en la fertilidad o en la edad en que una mujer alcanzaba la pubertad, o incluso rasgos de personalidad heredables que podrían provocar una procreación más temprana.
Estos factores genéticos podrían estar variando en respuesta a la selección natural y actuando sobre un número cada vez mayor de niños. No es demasiado aventurado afirmar que este supuesto cambio evolutivo esté probablemente relacionado con la caída en los índices de mortalidad y la mejora en la higiene y medicación, lo cual ha mejorado los índices de supervivencia infantil.
Los científicos son conscientes de que llevar esta investigación a las poblaciones modernas es increíblemente difícil, pero el hecho de que esta población concreta esté tan interrelacionada  sin influencias exteriores ha resultado de gran ayuda a la hora de relacionar los factores genéticos y los cambios en la edad en que las mujeres se reproducían por primera vez.

Fuente: http://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-de-ciencias/los-humanos-seguimos-evolucionando-160520530.html